Escuchaba el otro día en el gimnasio una discusión sobre cómo deben ser calificados los físicos competitivos en el bodybuilding moderno, si grandes y simétricos o pequeños y rayados, mientras que las mujeres estéticas o definidas.
Y más tarde alguien sugirió que se debe promover este deporte como libre de esteroides y volver a las bases de hacer cuerpos naturales, con base en entrenamientos intensos, sana alimentación hipercalórica y suplementación no farmacológica.
Esto nos lleva a recordar la esencia de los griegos clásicos, quienes fueron los primeros en “delinear” cuerpos perfectos, bajo su premisa de “mente sana en cuerpo sano”, así como los clásicos de la época moderna del físicoculturismo.
Están en un error, quienes creen que el nivel competitivo se alcanza sólo con el uso de andrógenos y que el deporte de los fierros es para gente que sólo alcanza sus niveles usando esteroides.
Hay muchos ejemplos en la época de oro del físico, pero cito el de mi amigo personal, Samir Bannout, quien por lo menos durante 10 años fue un cuerpo natural y sin el uso de esteroides llegó a ganar el Mr. Mundo y el Mr. Universo, dos de las competencias internacionales de mayor nivel, en la época de los 70´s, aunque como él mismo lo reconoce, para entrar después al nivel profesional y ganar en 1983 el Mr. Olympia, bajo prescripción médica usó por vez primera andrógenos.
En lo personal, en la actualidad, tan malo un cuerpo de “monstruo”, producto del exceso de fármacos, como los pequeños cuerpos “estriados y secos” que también son producto de medicamentos, unos para crecer y otros para definir.
En este deporte incluso hay excesos, pero también hay ética y gente con valores, como podrán escuchar al internacional Branch Warren cuando visite Puebla en julio.
Si bien el tema de los esteroides abiertamente se aborda en seminarios y clínicas de entrenadores y nutriólogos, y su uso cada vez es más desmitificado y éticamente profesionalizado, en verdad las competencias amateurs deberían ser estrictas en las pruebas de antidoping, para forzar a los competidores a prepararse con alimentación adecuada, suplementación nutricional natural y entrenamientos intensos.
Es aberrante ver que los jóvenes de 17 años, de 20 o 25, estén usando esteroides, sin que nadie les diga nada, cuando su cuerpo bien manipulado con técnicas de entrenamiento y combinaciones de comidas, puede producir en grandes cantidades y de manera natural la testosterona y la hormona de crecimiento que hoy de forma irresponsable les piden usarla en fármacos.
Como inadmisible es también ver a entrenadores poniéndole andrógenos a las mujeres que a la larga pierden hasta su femineidad, por el uso de esteroides, como también los hombres tienen efectos secundarios por lo mismo.
Por favor, dueños de gimnasios, entrenadores, jueces, federativos y todos quienes estamos en el deporte del físico, cuidemos a nuestros jóvenes, a nuestras mujeres y a todos nuestros deportistas, enseñémosles a comer, a entrenar y a usar los suplementos naturales que les permitan llegar a su máximo sin intoxicarse y volver a la máxima griega: “mente sana en cuerpo sano”.
Hasta la próxima semana.
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