Por OMAR CERVANTES
En el ámbito de los gimnasios y los clubes deportivos, la minoría es aquella que ve al deporte en sus diferentes modalidades como una disciplina competitiva o como meta principal en su vida, mientras la mayoría la ve como actividad secundaria, complementaria de sus principales tareas y como esparcimiento o forma de lograr una vida saludable.
Es por ello que muchos gimnasios o instructores fracasan en su intento de servir a la comunidad, porque carecen de empatía para conocer las necesidades reales de sus usuarios y en cuanto llegan, nuevos, medios o avanzados, sin importar los objetivos, tratan de abordarlos para transformar sus cuerpos y modelar en ellos unos super-atletas, como si todos tuvieran los mismos esquemas aspiracionales.
Hay que entender que el mundo de las competencias del físico y fitness es muy reducido y que quienes se inscriben a un fitness center o gimnasio, normalmente llevan otros planes en la cabeza.
Como cualquier proceso de comunicación en la vida, debemos primero conocer Al receptor, cliente, usuario o como se le quiera poner. ¿Llegó por voluntad propia? ¿Tiene una meta clara? ¿Viene enviado por algún médico, familiar, amigo o tercero que le recomendó hacer ejercicio y ponerse a dieta? ¿Está convencido que quiere estar ahí?
De hecho, en los cursos de certificación de instructores, una parte importante, tanto o más que la técnica, los conocimientos de biomecánica o nutrición, son aquellos de psicología para entender al usuario y lo que espera de su deportivo o gimnasio.
El índice de fracaso y deserción de un gimnasio, muchas veces es responsabilidad del personal del mismo, que no supo como entender las necesidades del usuario y simplemente lo visualizó como un prospecto de Arnold Schwarzenegger o Raquel Mc Lish, por mencionar algunos íconos del deporte, evidentemente rompiendo las motivaciones personales de alguien que lo único que buscaba era quizás mejorar su condición física, ganar fuerza, subir peso en músculo, bajar grasa, mejorar su salud o simplemente divertirse y desestresarse antes o después de su jornada diaria.
En una sociedad, como hemos dicho anteriormente, invadida por serios problemas de obesidad, desnutrición o diabetes, las instituciones públicas juegan un papel importante, los padres de familia igual, pero quienes pueden ser el fiel de la balanza son quienes reciben al nuevo prospecto y deben saber con toda claridad sus metas, para poder hacerle un traje a la medida de sus posibilidades.
Hasta la próxima semana.
tommy@olympiasfc.com
twitter @omarcervantes
14 jul 2011
Cada quien pone sus metas
Publicado por
Omar Cervantes
en
17:37
Enviar por correo electrónico
Escribe un blog
Compartir en X
Compartir con Facebook
Etiquetas:
Desde el Gimnasio