A poco más de una semana de que el PAN inició una campaña
frontal “de contraste” como ellos le llaman o de “guerra sucia” como es mejor
conocida, contra el candidato presidencial del PRI, las encuestas arrojan
cifras que demuestran que la estrategia azul podría estárseles revirtiendo,
pues no sólo no han podido bajar las tendencias de Enrique Peña Nieto, sino que
además en algunas firmas encuestadoras, Andrés Manuel López Obrador ha rebasado
ya a Josefina Vázquez Mota y en muchos estados del país se inicia una
desbandada de simpatizantes panistas que están migrando a otra opción o de
plano no quieren que se les vinculen con los ataques a quien en este momento
lidera la carrera a Los Pinos y a quien prefieren sacarle bandera de paz.
Mientras Peña Nieto lanza esta semana su spot que lo
ubica como estadista, titulado “Yo no voy a dividir a México” , el PRI se
consolida en las encuestas, el PRD sube a segundo lugar y ha acaparado un
importante nicho de electores indecisos o de los llamados “voto oculto” que
abiertamente comienzan a mostrar sus preferencias por el tabasqueño, el PAN sin
ir todavía en caída libre, está muy por debajo de las expectativas que ellos
hubieran tenido para este momento de las campañas presidenciales.
Serán los errores en la estrategia de campaña, el cambio
de imagen y de timón o simplemente la falta de cohesión nacional en el proyecto
del PAN, la realidad es que una candidata como Vázquez Mota que inició con
grandes triunfalismos tras lograr la designación de su partido y que se planteó
a sí misma el reto de ser “diferente”, se ha visto rebasada por el propio
sistema de poder que desde el gobierno federal y de su instituto político la
han ubicado como la representante de la “continuidad” y “más de lo mismo” de
los últimos dos sexenios panistas, con todo lo que ello conlleva para bien o
para mal de la exdiputada federal.
Basar su “diferencia” exclusivamente en su ser mujer,
parece no ser un acierto, ya que en primer lugar no es la primera mujer
candidata a la Presidencia de México, y su lema de campaña parece estarle
restando adeptos puesto que al final del día, con la salvedad del género, ella
representa y resume dos sexenios de panismo aparentemente fallidos, además de
que se le liga ya a las debilidades de un sistema que llegó a Palacio Nacional
proponiendo un cambio y no ha podido demostrarlo, por lo que Vázquez Mota
enfrenta en su slogan lo que los mexicanos se están preguntando y ella misma no
ha tenido el tino de contestar y más que “diferente” parece que con ella todo
seguirá “igual”.
El contexto actual de las campañas presidenciales, con
una guerra sucia frontal que no ha funcionado, con el partido gobernante que
está por pasar a ser la tercera fuerza nacional y con muchos reacomodos en las
circunstancias, obligan a preguntar y ahora qué sigue.
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