6 mar 2012

Contracampañas Cibernéticas

Aunque nadie niega las bondades de la tecnología y de los adelantos que ha traído a la comunicación global el uso del internet y particularmente de las redes sociales, lamentablemente a diferencia de otros países que han sabido capitalizar su potencial, en materia electoral y política, en México se ha convertido en el terreno  “natural” para la “guerra sucia” y las descalificaciones.
Quienes somos usuarios de las redes, sobre todo de las más populares como facebook, twitter y youtube, hemos constatado en días pasados los excesos de su uso inapropiado, con pseudo-cibernautas cuya función principal es la de denostar a las instituciones políticas, a los principales personajes o precandidatos e incluso subir fotomontajes onoticias, como para hacer creer que alguien “de verdad” las está emitiendo.
Decir que Enrique Peña Nieto “impulsará las telenovelas”, comparar a Josefina Vázquez Mota con un par de presidentas derechistas de Latinoamérica y afirmar que “continuará con el genocidio de Calderón”, así como “enfermar” a Andrés Manuel López Obrador y rumorar sobre su estado de salud o publicar un fotomontaje para decir que el PRI “negociará” con el crimen organizado, son apenas unos ejemplos de lo que ha estado circulando en días pasados.
Y si bien el daño no termina en la emisión de esos mensajes, lo increíble del tema es que estos sean replicados por cientos de miles de usuarios que se dedican a comentarlos y a darles credibilidad o a tener sus “catarsis” colectivas, lo que a decir de algunos analistas, denota el hartazgo de la ciudadanía hacia la clase política como grupo o a todos los partidos sin distingo, lo que debería preocupar a los dirigentes de instituciones sobre el escepticismo que presenta al menos este segmento, de quienes usan las redes sociales.
De esa forma, los cibernautas reales, los que sí tienen una opinión, le están “haciendo el juego” a los pseudónimos, anónimos, robots cibernéticos, acarreados o “comelonches” y a todos los aparatos, pagados y espontáneos, que los mismos partidos utilizan para golpear a sus adversarios o para distraer la atención del electorado de los temas realmente trascendentes de la agenda pública.
De hecho, en las matemáticas de los operadores electorales, la ponderación real a este segmento es mínima, toda vez que es imposible conocer el padrón real, en virtud de los menores de edad que no votan, pero opinan, de los grupos y personas que tienen varias identidades cibernéticas y de los aparatos a sueldo de lo que sofisticadamente llaman “comunicación viral”.
Más allá de la penetración electoral, el terreno cibernético se ha convertido en el campo de batalla de las contracampañas para “generar noticias” e influir en la opinión pública, además de ser un inciso que por ausencia de legislación, es usado en tiempo de la “veda electoral” como instrumento de promoción de los candidatos.
 
omarcervantes@enlineacomunicacion.com.mx

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