26 jun 2012


Por OMAR CERVANTES RODRIGUEZ

MEXICO EN LOS OJOS DEL MUNDO

Este lunes el reflector internacional se adelantó a nuestro querido México, no precisamente por las secuelas de la reunión del G20 o por la víspera de las elecciones del 1 de julio próximo en las que elegiremos al Presidente de la República y otros representantes más.

Lamentablemente, desde la mañana del lunes, le dio la vuelta al mundo una noticia sobre una balacera en la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, en la que resultaron dos elementos federales muertos y uno más herido, en un hecho sin precedentes que además causó la histeria colectiva de quienes estaban cerca del área de comedores donde se presentó el tiroteo.

Y como para entender la fenomenología del evento, habría que responder como algún terapeuta podría analizar: ¿Qué significa para ti un aeropuerto internacional, que significan balazos, que significa la policía, que significa muerte, que significa gente escondiéndose y huyendo?

Cada uno podría hacer su propio ejercicio de respuestas y simbolizar lo que pasó este lunes rojo en la memoria de nuestro país, lo cierto es que más allá de las interpretaciones o análisis, hay una realidad inobjetable y es que los mexicanos, si bien nos dolemos y nos condolemos, ya no nos extrañamos de que esto suceda en nuestra patria, como la semana pasada en Tamaulipas negocios y bancos fueron masacrados a granadazos.

Ojalá las autoridades actúen con prontitud y seriedad y que junto con los partidos políticos, eviten la tentación de hacer de este hecho un “affaire” más del escenario electoral y nos den a los mexicanos la certeza de que pronto, algún día, dejaremos de ser testigos de tan lamentables noticias.

Deseable, aunque quizás utópico, sería ver que todos los partidos, instituciones y gobiernos, como muestra de que el interés principal es México y no ganar una elección, se comprometan a darle certidumbre a los mexicanos por encima de sus propias agendas y este hecho que enluta no sólo a un par de familias, sino a todo el país, nos haga reflexionar requerimos un cambio urgente para mejorar y volver a ser la nación que un día tuvimos y de la que nos sentíamos orgullosos.

Sobre la contienda electoral, me parece que no hay mucho que decir, como hemos escrito en semanas pasadas, los previsibles guiones de las guerras sucias y estrategias muy vistas para cerrar campañas, se han ido cumpliendo uno a uno.

Ahora toca a nosotros hacer nuestra parte, acudir a votar, observar el proceso y cuidar que todos los mexicanos tengamos el domingo próximo una fiesta democrática y que el lunes los medios amanezcan anunciando a los ganadores, sin notas que enturbien la estabilidad del país.

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