Lo social inicia con la niñez y la familia

COMUNICACIÓN EN LINEA

Por OMAR CERVANTES RODRIGUEZ

Suele pasar cuando se habla de programas sociales de gobierno que se busquen exclusivamente los que encabeza la Secretaría de Desarrollo Social o Humano de los gobiernos y en algunas ocasiones se subestime el papel filantrópico y de apoyo a grupos marginados de los sistemas DIF en el país.

Incluso sucede a veces en el mundillo de la política, que en aras de acaparar el reflector, haya rivalidades en dependencias oficiales con el sistema DIF, al cual equivocadamente se le relaciona a menudo sólo con las actividades de la primera dama de un mandatario.

Y más incomprensible es cuando los sistemas DIF municipales tienen pugnas entre sí mismos, con el estado al cual pertenecen o más aún con el federal, sin darse cuenta de que sus egos políticos sólo retrasan el desarrollo social y comunitario que representan.

Es por ello que cuando un programa resulta exitoso, debería ser punta de lanza para que otros lo imiten, para exportar su fórmula y apoyar en su implementación, como aparentemente comienza a suceder en el DIF municipal de Puebla con el programa de desayunadotes escolares, que a casi cinco meses del inicio de la gestión de Liliana Ortiz de Rivera al frente, está llamando la atención en otras entidades.

Este programa, dirigido a abatir problemas de desnutrición y obesidad infantil, con un presupuesto inicial de 10 millones de pesos de inversión para darle mantenimiento a los 51 desayunadores que existen actualmente y que se encontraban en condiciones deplorables, que suma los esfuerzos de la iniciativa privada como aportadores para “apadrinar” comedores y que ha tenido una gran aceptación social, parece estar siendo uno de los distintivos de Ortiz de Rivera.

Es un gran ejemplo que una ciudad como Puebla sea precisamente la que esté poniendo la muestra en estos programas de sensibilidad social, en los que seguramente la preparación de la presidenta del DIF, experta en políticas sociales, le imprime un valor agregado al municipio y deja de lado las tradicionales tareas que antes desarrollaban las esposas de los mandatarios, a veces sólo para la foto.

Y si este país lo que necesita es un crecimiento en su desarrollo social, que mejor manera de iniciarlo en la niñez y en la familia, de donde derivan las demás prioridades para los ciudadanos, pues antes que requerir educación, servicios primarios e incluso seguridad, nuestros niños merecen comer y comer dignamente para gozar de cabal salud.

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