Por Omar Cervantes Rodríguez
Apenas inician las precampañas presidenciales, todavía el PAN no tiene candidato a diferencia del PRI y el PRD y ya se vislumbra en el ambiente lo que muchos consideran que serán la contienda electoral más "sucias" de la historia del país, porque a la previsible falta de argumentos y propuestas, prevalecen los descalificativos y ataques entre partidos.
Cuestión de hacer un sondeo en la calle para saber si alguien conoce los argumentos y propuestas de los candidatos para sorprendernos de que nadie tiene claras las ventajas o valor diferenciado de cada uno.
En cambio en cualquier lugar donde usted comente el tema, le dirán muchas razones de por qué Enrique Peña Nieto no debe ser presidente, por qué el PRI no debe regresar a los Pinos, por qué la mayoría no le cree a Andrés Manuel López Obrador su cambio de discurso de beligerante a "amoroso" y por qué el PAN debe salir del gobierno federal ante su incapacidad de ser el cambio prometido.
De hecho el comentario generalizado en la población es que lamentablemente "la caballada está flaca", eso dice la vox populi, que no hay un candidato que reúna las características que México requiere en estos momentos.
Las redes sociales y el internet están invadidas de videos y comentarios descalificando a cada uno de los protagonistas y ni uno solo se salva de la crítica y el escrutinio público, lo cual además deja muy mal parada a la "clase política" mexicana, de la que lamentablemente muchos opinan que "tan pintos los azules, como los amarillos y los colorados".
Este pulso ciudadano debería hacer pensar a los estrategas políticos y a los operadores electorales, si es que aspiran a posicionarse con propuestas y con una oferta que mantenga la esperanza de que este país puede cambiar y salir de los baches que lo mantienen en el subdesarrollo, la pobreza y la inseguridad.
Seria muy lamentable que la historia de México quedara marcada por unas elecciones del Siglo XXI en las que el o la posible triunfador (a) llegue al poder y a dirigir los destinos de la nación, no por meritos, sino por ser el o la menos peor del menú electoral.
Así que si no hay un cambio de estrategias, estimado lector, prepárese para unas campañas de desprestigio y de un nivel de abstencionismo muy bajo.
Como sea, mis mejores deseos para México en el 2012.
omarcervantes@enlineacomunicacion.com.mx
Twitter @omarcervantes
Apenas inician las precampañas presidenciales, todavía el PAN no tiene candidato a diferencia del PRI y el PRD y ya se vislumbra en el ambiente lo que muchos consideran que serán la contienda electoral más "sucias" de la historia del país, porque a la previsible falta de argumentos y propuestas, prevalecen los descalificativos y ataques entre partidos.
Cuestión de hacer un sondeo en la calle para saber si alguien conoce los argumentos y propuestas de los candidatos para sorprendernos de que nadie tiene claras las ventajas o valor diferenciado de cada uno.
En cambio en cualquier lugar donde usted comente el tema, le dirán muchas razones de por qué Enrique Peña Nieto no debe ser presidente, por qué el PRI no debe regresar a los Pinos, por qué la mayoría no le cree a Andrés Manuel López Obrador su cambio de discurso de beligerante a "amoroso" y por qué el PAN debe salir del gobierno federal ante su incapacidad de ser el cambio prometido.
De hecho el comentario generalizado en la población es que lamentablemente "la caballada está flaca", eso dice la vox populi, que no hay un candidato que reúna las características que México requiere en estos momentos.
Las redes sociales y el internet están invadidas de videos y comentarios descalificando a cada uno de los protagonistas y ni uno solo se salva de la crítica y el escrutinio público, lo cual además deja muy mal parada a la "clase política" mexicana, de la que lamentablemente muchos opinan que "tan pintos los azules, como los amarillos y los colorados".
Este pulso ciudadano debería hacer pensar a los estrategas políticos y a los operadores electorales, si es que aspiran a posicionarse con propuestas y con una oferta que mantenga la esperanza de que este país puede cambiar y salir de los baches que lo mantienen en el subdesarrollo, la pobreza y la inseguridad.
Seria muy lamentable que la historia de México quedara marcada por unas elecciones del Siglo XXI en las que el o la posible triunfador (a) llegue al poder y a dirigir los destinos de la nación, no por meritos, sino por ser el o la menos peor del menú electoral.
Así que si no hay un cambio de estrategias, estimado lector, prepárese para unas campañas de desprestigio y de un nivel de abstencionismo muy bajo.
Como sea, mis mejores deseos para México en el 2012.
omarcervantes@enlineacomunicacion.com.mx
Twitter @omarcervantes