POR
OMAR CERVANTES RODRIGUEZ
UN
MEXICO SEGURO
Cuando
ha transcurrido ya la mitad de las campañas federales y al menos en las
tendencias presidenciales todo sigue igual, con una cómoda ventaja para Enrique
Peña Nieto, parece que los mexicanos ya nos hemos puesto de acuerdo en algo y
es en la imperiosa necesidad de que nuestro país vuelva a tener la seguridad
que la delincuencia organizada nos robó y que el clamor popular es que
independientemente de quien vaya a ganar la Presidencia, urge una política en
la materia a favor de los ciudadanos.
Quizás
no sea momento de evaluar si ha funcionado o no la estrategia frontal de
militarizar el combate a la delincuencia emprendida por Felipe Calderón, como
tampoco es tiempo de buscar culpables sino soluciones, por lo que la forma en
que se está “partidizando” el tema en las campañas electorales, lejos de
ofrecer certidumbre, hace pensar que lo importante no sea detener la ola de
violencia, sino conseguir el voto y llegar al poder.
De
hecho, los mexicanos exigimos seguridad en todo el país, sin importar cuál
partido gobierne en el municipio o el estado afectado por el crimen. Lo que los
ciudadanos queremos es transitar tranquilos por las calles, que nuestros hijos
puedan vivir en paz y que la psicosis colectiva que hoy envuelve a muchas
ciudades, pase pronto como una pesadilla.
Lo
que menos queremos escuchar es un “yo no fui, fue Teté”, como parecen los spots
del PAN en los que acusan a los gobiernos del PRI ser los estados más violentos
y mucho menos queremos que en esta época de campañas, se trate de lucrar con un
tema que ha enlutado miles de familias que seguramente no les interesa saber
quien gobierna, ni de qué color es, sino trabajan en recuperar su estabilidad
emocional, económica y de salud, tras la muerte de algún familiar víctima o no
directamente de la delincuencia organizada.
Finalmente,
al PAN se le olvida que es potestad de su gobierno federal el combate al crimen
organizado y que lo mismo Nuevo León, estado priísta, que Jalisco, panista, han
sido nota internacional en las últimas semanas por “macabras” noticias
presumiblemente ligadas al narco.
Hacer
política con la seguridad, que es el reclamo de los mexicanos, podría
revertirse si no viene acompañada de congruencia y hechos claros.
No
podemos esperar a que pasen las elecciones para tener resultados, mucho menos a
que los funcionarios electos tomen posesión a fin de año. Lo que el país
necesita son soluciones inmediatas, lejos de los intereses partidistas y de las
propuestas demagógicas o de “guerra sucia” para ganar la contienda electoral.
Si
la voluntad del Presidente es combatir la delincuencia, quisiéramos verlo
girando instrucciones para reforzar la presencia militar en los estados más
conflictivos, sean del partido que sean, así como haciendo un llamado a los
candidatos a no lucrar con el tema y a sumarse todos en una cruzada por la paz
en México.
La
pregunta es, ¿habrá esa voluntad? o ¿será parte de la campaña?
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@omarcervantes