29 may 2012


Por OMAR CERVANTES RODRIGUEZ

¿Para quién trabaja el PAN?

A cinco semanas de las elecciones del 1 de julio, cuando muchas encuestas indican que los dos punteros son Enrique Peña Nieto, con una ventaja todavía cómoda, sobre el segundo en las tendencias, Andrés Manuel López Obrador, muchos analistas comienzan a preguntar cuál será el papel del PAN en esta contienda electoral, aunque los seguidores de Josefina Vázquez Mota todavía creen que pueden repuntar y los más radicales se niegan a reconocer que su candidata ya está fuera de opciones reales de triunfo.

Lo cierto es que dos hechos prendieron el foco rojo en el bunker del panismo nacional en días recientes, además de que las intenciones estadísticas de voto para la candidata Vázquez Mota parecen haberse estancado.

Por una parte la activa participación del expresidente nacional del PAN, Manuel Espino, quien se adhirió a la campaña de Peña Nieto promoviendo el voto útil y prometiendo un millón de sufragios en las urnas.

Y por otro lado, aunque no se ha querido ventilar mucho el tema, la escasez de recursos para financiar las campañas panistas, lo que indica que los patrocinadores ya no desean apostarle a un proyecto aparentemente perdido, así como la distancia cada vez más evidente con el Presidente Felipe Calderón, que al parecer ha optado por no meterse abiertamente al proceso y mejor esperar a quien habrá de sucederle en el cargo y sentarse a planear una entrega pacífica y armoniosa.

Así, cuando ya todo mundo, menos los panistas, dan por hecho que con Vázquez Mota pasarán a ser la tercera fuerza política nacional, las preferencias volátiles del PAN, así como los indecisos, podrían ser el fiel de la balanza que al final la incline a favor de Peña Nieto o López Obrador.

Por ello incluso hay quien ya piensa que mientras el PAN y su candidata sigan atacando al PRI y a su abanderado, le están haciendo el trabajo sucio a las huestes de López Obrador, quien trata de postularse ahora como el tercero en discordia que ofrece un cambio “verdadero” y con ello capta las simpatías de quienes darán su voto de castigo al panismo y por ningún motivo quieren al priísmo de vuelta en Los Pinos.

Quizás la preocupación deba ser del equipo puntero de Peña Nieto, ya que aunque está descartada una alianza legal PAN-PRD, ésta si podría darse de facto como se ha hecho ya oficialmente en diversas elecciones estatales en las que unieron sus fuerzas para derrotar al PRI.

Las preguntas serían, primero si Vázquez Mota está dispuesta a sacrificarse en una alianza no formal con López Obrador para derrotar al PRI y, segundo, si los electores tendrán el mismo sentido lógico y matemático que le alcance a ambos partidos para impedir que Peña Nieto sea presidente.

Twitter @omarcervantes