Por OMAR CERVANTES RODRIGUEZ
¿Para quién trabaja el PAN?
A cinco semanas de las
elecciones del 1 de julio, cuando muchas encuestas indican que los dos punteros
son Enrique Peña Nieto, con una ventaja todavía cómoda, sobre el segundo en las
tendencias, Andrés Manuel López Obrador, muchos analistas comienzan a preguntar
cuál será el papel del PAN en esta contienda electoral, aunque los seguidores
de Josefina Vázquez Mota todavía creen que pueden repuntar y los más radicales
se niegan a reconocer que su candidata ya está fuera de opciones reales de
triunfo.
Lo cierto es que dos hechos
prendieron el foco rojo en el bunker del panismo nacional en días recientes,
además de que las intenciones estadísticas de voto para la candidata Vázquez Mota
parecen haberse estancado.
Por una parte la activa
participación del expresidente nacional del PAN, Manuel Espino, quien se
adhirió a la campaña de Peña Nieto promoviendo el voto útil y prometiendo un
millón de sufragios en las urnas.
Y por otro lado, aunque no
se ha querido ventilar mucho el tema, la escasez de recursos para financiar las
campañas panistas, lo que indica que los patrocinadores ya no desean apostarle
a un proyecto aparentemente perdido, así como la distancia cada vez más
evidente con el Presidente Felipe Calderón, que al parecer ha optado por no
meterse abiertamente al proceso y mejor esperar a quien habrá de sucederle en
el cargo y sentarse a planear una entrega pacífica y armoniosa.
Así, cuando ya todo mundo,
menos los panistas, dan por hecho que con Vázquez Mota pasarán a ser la tercera
fuerza política nacional, las preferencias volátiles del PAN, así como los
indecisos, podrían ser el fiel de la balanza que al final la incline a favor de
Peña Nieto o López Obrador.
Por ello incluso hay quien
ya piensa que mientras el PAN y su candidata sigan atacando al PRI y a su
abanderado, le están haciendo el trabajo sucio a las huestes de López Obrador,
quien trata de postularse ahora como el tercero en discordia que ofrece un
cambio “verdadero” y con ello capta las simpatías de quienes darán su voto de
castigo al panismo y por ningún motivo quieren al priísmo de vuelta en Los
Pinos.
Quizás la preocupación deba
ser del equipo puntero de Peña Nieto, ya que aunque está descartada una alianza
legal PAN-PRD, ésta si podría darse de facto como se ha hecho ya oficialmente
en diversas elecciones estatales en las que unieron sus fuerzas para derrotar
al PRI.
Las preguntas serían,
primero si Vázquez Mota está dispuesta a sacrificarse en una alianza no formal con
López Obrador para derrotar al PRI y, segundo, si los electores tendrán el
mismo sentido lógico y matemático que le alcance a ambos partidos para impedir
que Peña Nieto sea presidente.
Twitter @omarcervantes