Parece que para el PRI en Puebla el panorama electoral no es prometedor, entre deserciones de cuadros importantes que se están aliando con la izquierda, pugnas internas y la fuerza del gobierno estatal en el que prevalecen los intereses del PAN y Panal, los tricolores tienen un reto importante que parece difícil de cumplir para abonarle sufragios al candidato presidencial, Enrique Peña Nieto, al margen de los resultados de la entidad para senadores y diputados federales.
Mientras que el PAN ya tiene su fórmula establecida para el senado, encabezada por el exsecretario del trabajo del gabinete de Felipe Calderón, Javier Lozano Alarcón y en segunda posición Augusta Díaz de Rivera, la dupla de la izquierda parece perfilarse por dos expriístas de diferentes generaciones y con un peso importante en el estado, el exgobernador Manuel Bartlett Díaz (PT) y el exlíder de la legislatura local pasada, José Othón Bailleres Carriles (PRD), quienes enfrentarían en la boleta a los tricolores Blanca Alcalá y Juan Carlos Lastiri.
El exdiputado priísta, Bailleres Carriles, se registró como candidato independiente del PRD y este lunes en la madrugada fue elegido por el partido del sol azteca, en espera del proceso interno de los otros dos partidos de la coalición, el PT y Movimiento Ciudadano (antes Convergencia), en los que se espera que resulten electos por el primero Manuel Bartlett Díaz y por el segundo José Juan Espinoza (que tiene de rival a su esposa, Nancy de la Sierra).
Y si la fuerza del PRD y el PT son superiores que del MC, se espera que la fórmula de izquierda para el senado por Puebla sea Bartlett-Bailleres o Bailleres-Bartlett dependiendo del orden en que finalmente sean registrados, que sin menoscabo de los nombres y los personajes que los representan, políticamente debería ser la primera posición para el sol azteca en virtud de su representación en gobiernos estatales, legisladores y municipios en el país.
Así, el PRI tendrá que pelear contra el aparato del gobierno estatal que seguro apoyará al PAN como se presume lo ha hecho, representado por el Secretario General de Gobierno, Fernando Manzanilla Prieto, por instrucciones de su jefe el gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, así como de la fuerza del Panal que apoya en todo al mandatario estatal y, por si fuera poco, de este nuevo movimiento de expriístas que ahora contenderán por la izquierda.
Más allá de los resultados en las elecciones de senadores y legisladores federales, estas situaciones que se presentan en la primera elección en Puebla que el PRI jugará como oposición tras su derrota del 2010, podrían ser desde ya un foco rojo para el equipo de Peña Nieto, considerando sobre todo que la entidad representa la quinta población electoral más amplia del país.
En estos escenarios y visto que el actual gobierno estatal llegó al poder derrotando al PRI, justo con una alianza entre PAN, PRD, Panal y MC (Convergencia), ahora que derecha e izquierda se verán las caras en la contienda presidencial, no sería raro que si las tendencias de los poblanos siguen como hasta ahora y el aparato estatal hace su trabajo, Acción Nacional repetiría como primera fuerza y la izquierda como segunda, relegando al tricolor hasta el tercer lugar.
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