31 jul 2012



Por OMAR CERVANTES RODRIGUEZ

PERDIERON LA CORDURA

Aunque parecería atractivo escribir y cuestionar el disparate de comparar a Andrés Manuel López Obrador con héroes nacionales y revolucionarios como Hidalgo, Morelos, Juárez y Madero, he preferido no hacerle gastar tinta a esta seria casa editora en ese tema y mejor simplemente opino que ya perdieron la cordura quienes se atreven a tan impresionantes aberraciones y aprovecho mi espacio semanal para reflexionar sobre temas a mi parecer de mayor interés comunitario.

El hallazgo de un narco-laboratorio en Puebla y la intención de los legisladores locales para hacer comparecer a los secretarios de seguridad del estado y la capital, inmerso en un contexto crítico de información donde al por mayor hay noticias referentes a la delincuencia organizada y el narcotráfico en el país, es sin duda un motivo de alarma y reflexión para los poblanos.

Si bien es válido querer saber cuáles son los planes preventivos y de lucha frontal contra la delincuencia en los tres niveles de gobierno, como información accesible que nos permita darnos cuenta del estado de las cosas en Puebla, valdría la pena hacer una reflexión de que no hay política de seguridad que prospere sin el debido trabajo reconstructivo del tejido social.

En este sentido, además de cuestionar a los niveles de gobierno, debemos preguntarnos qué estamos haciendo como sociedad cada uno en su respectiva área de influencia, para hacerle frente al mal del siglo que es el consumo de drogas y la descomposición social que inicia en las familias.

Antes de cuestionar la existencia de narco-laboratorios clandestinos, que si existen es porque su producto se comercializa y se consume, preguntémonos cómo está nuestra escala de valores a nivel familiar, cultural, social y comunitaria.

¿Por qué existen las adicciones y crece cada vez más el consumo de drogas en nuestras ciudades? ¿Por qué según la iglesia católica cada cinco de 10 familias viven en la desintegración? ¿Por qué es cada vez más alto el índice de violencia de cualquier tipo contra mujeres y niños? ¿Cuáles son nuestros modelos aspiracionales en una cultura que promueve el consumismo, el materialismo y la frivolidad?

Quizás si le damos una respuesta seria y hacemos una reflexión colectiva de cada una de estas preguntas, podemos avanzar más en la construcción de una sociedad sana y bien cimentada, que haciendo comparecer a los responsables de la seguridad pública.

Finalmente, como miembros de una sociedad en evolución, seguro tendrá más sentido dedicar nuestra mente a analizar un problema tan serio como el de la recuperación del tejido social, que hablar sobre los disparates de un grupo de fanáticos y un tipo mesiánico que ahora pretende ser prócer de la patria.

Twitter @omarcervantes67 email omarcervantesrodriguez@yahoo.com.mx