22 nov 2011

Han sido elector para gobernar

Por OMAR CERVANTES RODRIGUEZ

Atrás quedaron los tiempos en que la opinión pública, los partidos de oposición y los medios de comunicación cuestionábamos la intromisión de las esferas de gobierno en los procesos electorales y exigíamos el cumplimiento de la bandera de la “sana distancia” entre los gobernantes y los institutos políticos que los llevaron al poder.

Hoy día vemos sin asombro como funcionarios de primer nivel, desde el Presidente de la República, gobernadores y alcaldes, de todos los partidos, participan abiertamente en eventos partidistas con el argumento de que lo hacen “en sus ratos libres” o “fuera de horarios o días de trabajo”, como si sus jornadas laborales fueran marcadas por un reloj checador y olvidándose de que fueron electos para gobernar 24 horas al día, todo el año, por el periodo que comprenden sus respectivas gestiones.

Y más allá de ello, somos conscientes de que las decisiones de los partidos se toman en las esferas del poder, en las cúpulas y en las jerarquías gubernamentales, restando la vocación democrática que deberían tener por mandato constitucional quienes participan en un proceso electoral.


Tal parece que mientras no cometan visible delito electoral, ellos pueden meterse en los procesos sucesorios.
A dos o tres meses, cuando mucho, para que se formalicen las candidaturas presidenciales, que por cierto todo mundo parece ya dar por un hecho que serán para Andrés Manuel López Obrador, Enrique Peña Nieto y acaso la duda es si quedará Ernesto Cordero o Josefina Vásquez Mota, la bandera de “arrancan” hacia el interior de los partidos ya indicó el momento en el que el resto de los aspirantes a las candidaturas que se jugarán en el 2012 (senadores y diputados federales, más las elecciones locales concurrentes en algunos estados), trae más ocupada a la llamada clase política en el futuro, que en el presente mismo.

De hecho, para los gobernantes, parecería que el presente ha dejado de ser relevante por sí mismo y sus decisiones, planes o acciones, tienen más que ver en las elecciones de julio próximo, que en cumplir las tareas para las que fueron electos.

Estamos a semanas de que el famoso “chapulineo” nos haga presenciar la solicitud de licencia o renuncia de diferentes funcionarios públicos o representantes de elección popular de todos los niveles de gobierno, debido a que sus respectivos partidos o “las bases” de los mismos, los están proponiendo para que contiendan por otro cargo desde donde “seguirán sirviendo a la población”.

Y así es cada tres años y yo le preguntaría si a usted amable lector, ¿alguien le preguntó si desea que tal o cual funcionario renuncie o pida licencia para postularse por un nuevo cargo?
¿Imagina usted unas elecciones donde el Presidente de la República, el Gobernador del Estado, los presidentes municipales, senadores, diputados locales y federales, se mantuvieran ajenos?

Antes de salir a escuchar las propuestas de los candidatos o los partidos y de decidir por quien votar en julio del 2012, hágase un favor y hágaselo a Puebla, recuérdele a sus representantes populares que fueron electos para gobernar y no para conservar el poder a través del manejo de las elecciones.

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